Familia imperial que gobernó Roma desde el 96 d.C. hasta el 192 d.C.
Iniciada por Nerva, elegido emperador por el Senado romano, la dinastía de los Antoninos se caracterizó desde un primer momento por la moderación y el equilibrio entre el poder del emperador y la autoridad del Senado. Tales notas continuaron durante los reinados de los siguientes miembros de la dinastía, Trajano y Adriano. El sucesor de este último, Tito Aurelio Antonino, recibió del Senado el título de pius (en latín, 'devoto'), por lo que reinó con el nombre de Antonino Pío (gobernó en 138-161 d.C.). Le sucedió su sobrino y yerno Marco Aurelio (reinó en 161-180 d.C.) al que había nombrado hijo adoptivo y heredero. Lucio Aurelio Vero (hermano de adopción de Marco Aurelio) estuvo asociado al trono imperial (161-169 d.C.). El último de los Antoninos fue Lucio Aurelio Cómodo, hijo de Marco Aurelio. Antonino Pío y Marco Aurelio fueron los dos últimos de los denominados 'Cinco Emperadores Buenos', apelativo que recibieron posteriormente los primeros cinco representantes de la dinastía, y del que quedó excluido Cómodo. El periodo antonino se caracterizó por una gran paz interna y prosperidad en el Imperio. La administración fue más eficiente y centralizada y los diversos pueblos del Imperio compartieron un sentimiento de unidad. Se han conservado en Roma los restos de una columna y un templo en honor de Antonino Pío. Tras la muerte de Marco Aurelio el Imperio entró en un periodo de decadencia y sucumbió ante la presión creciente del despoblamiento de las regiones centrales del Imperio y del deterioro del gobierno local en las diversas provincias. El caos provocado por la guerra civil existente durante el mandato de Cómodo no acabó hasta el asesinato de éste (192 d.C.) y la posterior entronización de Septimio Severo.
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